lunes, 22 de enero de 2018

Niños sobre-estimulados

Estoy en un momento de mi vida en que, talvez porque no soy mamá, todo lo que los papás hacen o dejan de hacer me preocupa. Me pongo a pensar y lo que realmente me preocupa es que son los niños, quienes en un futuro dirigirán una casa, una empresa o hasta un país.
Sé y estoy consciente que no existe un manual que nos indique cómo ser papás, las cosas que debemos hacer y las que no, cómo debemos reaccionar, etc. 

He tenido varias conversaciones en cuanto a este tema: niños SOBRE-estimulados, y la verdad es algo que me ha estado dando vueltas y vueltas en la cabeza. No es un término que yo me inventé, hay varios estudios y estadísticas en relación al tema, pero antes de descubrirlo, me había dado cuenta que algo estaba pasando y que para mí, no estaba bien.

Una de las cosas que más me preocupa es que somos nosotros, los adultos, quienes estamos alimentando a que esta situación continue...

¿Cómo? ¿Qué estamos haciendo mal?

Infancia sana
Infancia actualmente
Padres emocionalmente disponibles.
Padres distraídos digitalmente.
Límites claramente definidos.
Padres indulgentes y permisivos que dejan que los niños “gobiernen el mundo” y sean quienes ponen las reglas.
Responsabilidades.
Un sentido de derecho, de merecerlo todo sin ganárselo o ser responsable de obtenerlo.
Nutrición equilibrada y sueño adecuado.
Sueño inadecuado y nutrición desequilibrada.
Movimiento, especialmente al aire libre.
Estilo de vida sedentario.
Juego creativo, interacción social, oportunidades de juego no estructurados y espacios para el aburrimiento.
Estimulación sin fin, niñeras tecnológicas, gratificación instantánea y ausencia de momentos aburridos.

Tanto en los niños con los que me rodeo, como con mis propios pacientes, me he dado cuenta la forma en lo que esto está repercutiendo emocionalmente.

Actualmente, los padres viven con cierto "temor" hacia sus hijos, cuando en tiempos anteriores, eran los niños los que crecían con ese "temor". Con la palabra "temor", no me refiero a tenerles miedo, sino a una palabra que para mí es mágica: AUTORIDAD. He escuchado a padres decir que sienten culpa por regañar o disciplinar a sus hijos, ¿qué va a pasar si lo hacen? Es importante que como adultos, nuestra posición se mantenga firme, ya que para un niño, la figura de autoridad determinará un límite de hasta dónde poder llegar. Si como niño no soy capaz de ver a mis padres con autoridad, ¿seré capaz de ver a alguien en esta posición? Y es en este momento en donde empiezan a surgir problemas con sus compañeros, maestros, etc. 

Por otro lado, la falta de responsabilidades. Como adultos vivimos a merced de lo que los niños "deseen", pero ¿los niños actualmente realmente desean algo? En las casas lo niños no hacen su cama ni recogen su ropa sucia, mucho menos son capaces de servirse un vaso de agua porque "¡qué pereza!" Al mismo tiempo que les estamos quitando responsabilidad e independencia (un término importante para un crecimiento adecuado), estamos alejándolos del poder desear: 
- "Si quiero algo, voy y lo hago."

Estamos rodeados, adultos y niños, de aparatos tecnológicos que nos consumen horas diarias: celular, computadora, tablet, televisión. Y esto me llama mucho la atención, no sólo porque les está limitando la creatividad a los niños, sino también porque debido a esto los niños ya no saben aburrirse...y si se aburren, no aguantan ni 5 minutos. Me preocupa bastante el hecho que los niños (desde muy pequeños) ya no son espontáneos, les cuesta mucho imaginar cosas más allá de lo ya establecido. Además, ya no les gusta nada. ¿Para qué pensar en qué me gusta si con un sólo click en cualquier aparato lo voy a tener? En una ocasión, tuve que preguntarle a un niño/adolescente (14-15 años), ¿qué te gusta hacer? ¿qué haces en las tardes?, a lo que obtuve de respuesta "no sé" y "nada", respectivamente. Me dolió bastante el darme cuenta que son pocas las cosas que motivan a los niños, y que a pesar de que lo tienen todo a su alcance, tienen pocos intereses propios, o no son capaces de apropiarse de nada.

A pesar de que somos nosotros quienes estamos envueltos en estas situaciones y el cambio depende de cada uno como adulto, debemos ayudar a nuestros niños a que vean más allá de lo que tienen enfrente, que sean capaces de imaginar, de crear, de respetar, de escuchar, de acatar ordenes, etc. esto debido a que ellos nacen y ya estan creciendo en este mundo y no tienen un punto sobre el cual comparar. 

Como les dije al principio, no soy mamá, por lo que me encantaría conocer los puntos de vista de las que ya lo son. Quiero enriquecer mi conocimiento más allá de sólo la teoría, ya que en la práctica, las cosas son totalmente distintas.

¡Gracias por leerme!

M. Sc. Inés Castañeda
Psicóloga Clínica
Colegiado 3572