martes, 6 de febrero de 2018

Bullying

Bullying

El día de hoy, escribiré sobre el bullying. Este término se conoce desde hace poco tiempo, pero realmente el problema existe desde mucho tiempo atrás.

¿Qué es?
Al utilizar el término bullying o acoso escolar, nos referimos al maltrato verbal, psicológico y/o físico que sufren estudiantes de distintas edades por parte de otros compañeros, de forma reiterada y durante un tiempo determinado.

Existen 4 tipos de acoso:

  1. Físico: patear, puñetazos, mordidas, empujones, agresiones con objetos, etc. Este tipo de agresión se da con mayor frecuencia en la primaria que en la secundaria.
  2. Verbal: insultar, menospreciar en público, resaltar defectos físicos, usar el teléfono celular para intimidar, tomar fotos y subirlas a las redes sociales, etc. Este tipo de acoso es el más habitual.
  3. Psicológico: afectan la autoestima de la víctima y fomentan la sensación de temor.
  4. Social: el objetivo es aislar a la víctima del resto del grupo y de los compañeros.
Es importante identificar cada uno de ellos, ya que en ocasiones no consideramos que sea acoso cuando no se observan marcas físicas en la víctima. El acoso psicológico es difícil de identificar debido a que es una forma de acoso que se lleva a cabo a espaldas de cualquier persona que pueda advertir la situación. En caso se perciban cambios evidentes en el niño (temor, inseguridad, disminución del apetito, bajo estado de ánimo), es importante indagar lo que está sucediendo. Muchas veces, los niños víctimas de acoso psicológico no dirán nada por miedo a que las amenazas que reciben se hagan realidad. 

Desde mi punto de vista, el problema incrementa en la medida en que existan más OBSERVADORES de la situación. Considero que es importante conocer el perfil psicológico de cada uno de los involucrados, pero es más importante que se fomenten las herramientas necesarias para que esto deje suceder. 
  • Enseñarle a nuestros niños que no son superiores a nadie. 
  • Que vean en nosotros los adultos, personas que no juzgan y que conviven con cualquier persona.
  • Fomentar el autoestima desde el hogar.
  • Reforzar las conductas positivas que consideramos pueden ser un potencial para el futuro de nuestros niños, y castigar las conductas negativas.
  • Que desde pequeños sean capaces de ver las diferencias entre los seres humanos como una oportunidad de ser mejores. 
  • Promover la tolerancia y la paciencia dándoles momentos en los cuales tengan que enfrentarse a no recibir lo que desean de manera inmediata.

Finalmente, considero que las instituciones que tienen a cargo niños, deben crear programas para poder enfrentarse a esta situación. 
  • Saber de qué maneras es posible solucionar las discusiones que van a existir entre los niños.
  • ¿Qué hacer en caso de que suceda algo así?
  • Hablar con los niños sobre el tema.
  • Tener instrumentos visuales para recordarles a los niños de que es un tema delicado y que hagan conciencia de ello.
  • Fomentar la tolerancia con actividades grupales.

"Nunca seas maltratado en el silencio. Nunca te permitas a ti mismo ser una víctima. No aceptes que nadie defina tu vida, defínete a ti mismo". -Tim Fields.


M. Sc. Inés Castañeda

Psicóloga Clínica
Especialización en Neurodesarrollo del Niño y del Adolescente
Maestría en Psicoanálisis

Teach your students about the four different types of bullying                                                                                                                                                                                 More



lunes, 22 de enero de 2018

Niños sobre-estimulados

Estoy en un momento de mi vida en que, talvez porque no soy mamá, todo lo que los papás hacen o dejan de hacer me preocupa. Me pongo a pensar y lo que realmente me preocupa es que son los niños, quienes en un futuro dirigirán una casa, una empresa o hasta un país.
Sé y estoy consciente que no existe un manual que nos indique cómo ser papás, las cosas que debemos hacer y las que no, cómo debemos reaccionar, etc. 

He tenido varias conversaciones en cuanto a este tema: niños SOBRE-estimulados, y la verdad es algo que me ha estado dando vueltas y vueltas en la cabeza. No es un término que yo me inventé, hay varios estudios y estadísticas en relación al tema, pero antes de descubrirlo, me había dado cuenta que algo estaba pasando y que para mí, no estaba bien.

Una de las cosas que más me preocupa es que somos nosotros, los adultos, quienes estamos alimentando a que esta situación continue...

¿Cómo? ¿Qué estamos haciendo mal?

Infancia sana
Infancia actualmente
Padres emocionalmente disponibles.
Padres distraídos digitalmente.
Límites claramente definidos.
Padres indulgentes y permisivos que dejan que los niños “gobiernen el mundo” y sean quienes ponen las reglas.
Responsabilidades.
Un sentido de derecho, de merecerlo todo sin ganárselo o ser responsable de obtenerlo.
Nutrición equilibrada y sueño adecuado.
Sueño inadecuado y nutrición desequilibrada.
Movimiento, especialmente al aire libre.
Estilo de vida sedentario.
Juego creativo, interacción social, oportunidades de juego no estructurados y espacios para el aburrimiento.
Estimulación sin fin, niñeras tecnológicas, gratificación instantánea y ausencia de momentos aburridos.

Tanto en los niños con los que me rodeo, como con mis propios pacientes, me he dado cuenta la forma en lo que esto está repercutiendo emocionalmente.

Actualmente, los padres viven con cierto "temor" hacia sus hijos, cuando en tiempos anteriores, eran los niños los que crecían con ese "temor". Con la palabra "temor", no me refiero a tenerles miedo, sino a una palabra que para mí es mágica: AUTORIDAD. He escuchado a padres decir que sienten culpa por regañar o disciplinar a sus hijos, ¿qué va a pasar si lo hacen? Es importante que como adultos, nuestra posición se mantenga firme, ya que para un niño, la figura de autoridad determinará un límite de hasta dónde poder llegar. Si como niño no soy capaz de ver a mis padres con autoridad, ¿seré capaz de ver a alguien en esta posición? Y es en este momento en donde empiezan a surgir problemas con sus compañeros, maestros, etc. 

Por otro lado, la falta de responsabilidades. Como adultos vivimos a merced de lo que los niños "deseen", pero ¿los niños actualmente realmente desean algo? En las casas lo niños no hacen su cama ni recogen su ropa sucia, mucho menos son capaces de servirse un vaso de agua porque "¡qué pereza!" Al mismo tiempo que les estamos quitando responsabilidad e independencia (un término importante para un crecimiento adecuado), estamos alejándolos del poder desear: 
- "Si quiero algo, voy y lo hago."

Estamos rodeados, adultos y niños, de aparatos tecnológicos que nos consumen horas diarias: celular, computadora, tablet, televisión. Y esto me llama mucho la atención, no sólo porque les está limitando la creatividad a los niños, sino también porque debido a esto los niños ya no saben aburrirse...y si se aburren, no aguantan ni 5 minutos. Me preocupa bastante el hecho que los niños (desde muy pequeños) ya no son espontáneos, les cuesta mucho imaginar cosas más allá de lo ya establecido. Además, ya no les gusta nada. ¿Para qué pensar en qué me gusta si con un sólo click en cualquier aparato lo voy a tener? En una ocasión, tuve que preguntarle a un niño/adolescente (14-15 años), ¿qué te gusta hacer? ¿qué haces en las tardes?, a lo que obtuve de respuesta "no sé" y "nada", respectivamente. Me dolió bastante el darme cuenta que son pocas las cosas que motivan a los niños, y que a pesar de que lo tienen todo a su alcance, tienen pocos intereses propios, o no son capaces de apropiarse de nada.

A pesar de que somos nosotros quienes estamos envueltos en estas situaciones y el cambio depende de cada uno como adulto, debemos ayudar a nuestros niños a que vean más allá de lo que tienen enfrente, que sean capaces de imaginar, de crear, de respetar, de escuchar, de acatar ordenes, etc. esto debido a que ellos nacen y ya estan creciendo en este mundo y no tienen un punto sobre el cual comparar. 

Como les dije al principio, no soy mamá, por lo que me encantaría conocer los puntos de vista de las que ya lo son. Quiero enriquecer mi conocimiento más allá de sólo la teoría, ya que en la práctica, las cosas son totalmente distintas.

¡Gracias por leerme!

M. Sc. Inés Castañeda
Psicóloga Clínica
Colegiado 3572